El jamón ibérico es uno de los productos más emblemáticos de la gastronomía española, conocido por su sabor exquisito y su elaboración tradicional. Sin embargo, para poder disfrutar plenamente de su calidad y origen, es importante conocer las etiquetas y sellos que acompañan este delicioso manjar. Entre las siglas más comunes que se encuentran en los productos de jamón ibérico, destacan IPG, DOP y ETG. Em este blog de Jamón Puro Bellota, os ayudaremos a entender que significan esas siglas, y en qué afectan a a calidad del Jamón Ibérico.
¿Qué es la IPG (Indicación Geográfica Protegida)?
La Indicación Geográfica Protegida (IPG) es una certificación que garantiza que un producto proviene de una región específica y que cumple con ciertos requisitos de calidad establecidos. En el caso del jamón ibérico, la IPG indica que el jamón ha sido elaborado en una zona concreta de España, siguiendo las tradiciones y los métodos de producción que definen a ese producto.
Este sello de calidad tiene como principal objetivo proteger tanto al productor como al consumidor. Para el productor, asegura que su trabajo y su producto están siendo reconocidos y valorados, mientras que para el consumidor, la IPG le garantiza que está comprando un producto que ha sido elaborado de acuerdo a unas normas de calidad estrictas, con la trazabilidad necesaria para verificar su origen.
La IPG para el jamón ibérico se utiliza para productos que provienen de regiones específicas, como Extremadura, Andalucía y otras zonas del suroeste de España. Aunque la IPG no es tan estricta como la DOP (que abordaremos más adelante), sí ofrece una protección básica respecto al origen y la calidad de los productos que la ostentan.
DOP (Denominación de Origen Protegida)
La Denominación de Origen Protegida (DOP) es un sello que va más allá de la IPG, proporcionando una garantía aún más rigurosa sobre la calidad y el origen de un producto. En el caso del jamón ibérico, la DOP asegura que el producto no solo proviene de una región específica, sino que ha sido elaborado siguiendo métodos tradicionales y con un control exhaustivo en cada una de las etapas del proceso de producción, desde la cría del cerdo hasta su curado.
Este sistema de control y certificación es más restrictivo que la IPG, ya que no solo regula el área de producción, sino también las prácticas agrícolas, las razas de cerdos utilizadas, los métodos de alimentación (como el uso de bellotas) y el tiempo de curación. Las denominaciones de origen más conocidas para el jamón ibérico son la DOP Jabugo (de la zona de la sierra de Huelva), la DOP Guijuelo (de la provincia de Salamanca) y la DOP Dehesa de Extremadura.
Las marcas que ostentan una DOP son, por tanto, productos de altísima calidad, con un proceso de elaboración minucioso y con unas características organolépticas (sabor, textura, aroma) que reflejan las tradiciones locales.
ETG (Especialidad Tradicional Garantizada)
Por último, tenemos el sello de Especialidad Tradicional Garantizada (ETG), que, al igual que la IPG, protege la tradición de producción de un determinado producto. Sin embargo, a diferencia de la IPG y la DOP, el ETG no está limitado a una región geográfica específica. Este sello se utiliza para garantizar que un producto sigue las tradiciones de producción de una receta o método, aunque pueda ser elaborado en diversas ubicaciones.
En el caso del jamón ibérico, la ETG se refiere a productos que se elaboran según las tradiciones ancestrales del jamón, como el uso de cerdos ibéricos y su curado prolongado, pero no necesariamente en una zona específica. Así, un jamón ibérico con el sello ETG tiene la garantía de que se ha elaborado según las técnicas tradicionales, aunque no esté vinculado a una región concreta.
Este sello es comúnmente utilizado para productos que tienen una base cultural sólida, pero que no cumplen con los estrictos criterios geográficos o de calidad de la DOP o la IPG.
¿Cómo Afectan estas Siglas a la Calidad del Jamón Ibérico?
Las siglas IPG, DOP y ETG juegan un papel crucial a la hora de identificar la calidad del jamón ibérico. Cada una de ellas ofrece un nivel diferente de protección y garantía:
- La DOP es la más estricta y garantiza la más alta calidad, ya que el producto es sometido a un control más riguroso durante todo su proceso de elaboración.
- La IPG proporciona una garantía de origen y calidad, aunque con un nivel de control menos exhaustivo que la DOP.
- La ETG asegura que se sigue una receta o método tradicional, pero no ofrece una garantía de procedencia geográfica.
Por lo tanto, si estás buscando el jamón ibérico de mayor calidad, es recomendable optar por productos que cuenten con la DOP, ya que esto asegura el cumplimiento de un estándar más elevado en cuanto a la producción y el origen.
Conclusión
El jamón ibérico es un producto que refleja el alma de las regiones de España donde se produce, y las siglas IPG, DOP y ETG son una forma de garantizar su calidad y autenticidad. Ya sea que busques una protección más amplia en el origen (IPG), un control más riguroso en la producción (DOP), o una garantía de tradición (ETG), cada una de estas certificaciones te ayudará a elegir un jamón ibérico que cumpla con tus expectativas.
Ahora que entiendes las siglas en el jamón ibérico puedes entender mejor los costos de ciertos jamones y tomar decisiones fundamentadas basadas en lo que acabas de aprender. Consigue los mejores jamones en Jamón Puro Bellota.