El semáforo nutricional Nutriscore está llamado a ser el nuevo sistema de etiquetado de los productos que determina su calidad de cara al consumidor final. Pero lejos de ser un etiquetado nutricional preciso, Nutriscore está generando toda clase de polémicas ya que sitúa a productos tan saludables como el aceite de oliva y el jamón en un mal lugar.
¿Qué es lo que ocurre realmente con el sistema de etiquetado Nutriscore? ¿Por qué el aceite de oliva y el jamón salen tan mal parados? En Jamón Puro Bellota, tienda de jamón ibérico y de bellota online, te contamos todo lo que debes saber sobre este nuevo sistema que tiene previsto adoptar el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social próximamente.
¿Qué es el sistema Nutriscore?
El semáforo nutricional Nutriscore es una clasificación que pretende determinar la calidad nutricional de los productos alimenticios a través de un etiquetado muy sencillo que utiliza colores asociados a letras que determinan los nutrientes de alimentos que están a la venta en tiendas o supermercados.
La implantación de este sistema busca luchar contra la obesidad y mostrar de manera más simple y clara la información relativa a la calidad nutricional de los productos alimenticios. Se busca, por tanto, simplificar el tradicional etiquetado nutricional que aparece en el dorso de los productos alimenticios y que resulta incomprensible para muchos consumidores.
Países como Alemania y Francia ya lo han implementado y, aunque en España actualmente es voluntario, el Gobierno se plantea que sea obligatorio en el futuro.
El algoritmo que utiliza Nutriscore para calibrar la calidad de los alimentos ofrece resultados que no parecen del todo precisos, aunque se trate de un sistema desarrollado por los investigadores de la Sorbonne de París.
Con el semáforo Nutriscore, el etiquetado es mucho más fácil de interpretar. Se utilizan colores (del verde al rojo) asociados a letras (de la A a la E) para determinar la calidad nutricional de los productos envasados. Para lograr el resultado final, se analizan los elementos nutricionales de cada alimento. Las grasas saturadas, azúcar, sal y calorías restan puntos en la nota final, mientras que los componentes beneficiosos como proteínas, vitaminas, fibras o el porcentaje de frutas y verduras suman puntos positivos.
Por tanto, un producto que en el etiquetado Nutriscore se marca con una A o la B, significa que es un producto muy saludable debido a los nutrientes que contiene. Por el contrario, un alimento etiquetado con la D o la E, nos debería poner en alerta ya que se traduce como un producto poco saludable o recomendado.
La polémica está servida
La polémica surge cuando alimentos tan saludables como el aceite de oliva o el jamón, demostrado científicamente por expertos, aparecen con la clasificación como naranjas o rojos. ¿Por qué ocurre esto?
Debido a la forma de evaluar, Nutriscore ‘penaliza‘ a aquellos productos con un único ingrediente, como ocurre como el aceite de oliva, la leche o la miel. Por ello, desde el Gobierno se ha llegado a un acuerdo para que el aceite de oliva no se vea obligado a colocar este etiquetado. Por lo tanto, se excluye a este producto del semáforo nutricional.
Y con el jamón ocurre algo muy parecido: al contener un elevado nivel de calorías y grasas, sin parar a pensar de que se trata de grasas saludables, se le coloca en una mala posición. Como ya hemos explicado en otras ocasiones, el jamón ibérico de bellota se considerada beneficioso para la salud cardiovascular, ya que los ácidos grasos monoinsaturados que contiene son beneficios y, de hecho, ayuda a reducir el nivel de colesterol ‘malo’.
La polémica está servida y parece que no terminará pronto. Veremos en qué acaba todo esto.
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